El Gobierno convoca extraordinarias para proteger la reforma laboral

El gobierno de Javier Milei está preparándose para iniciar las sesiones extraordinarias a partir del miércoles 10 de diciembre. Este anuncio, que podría hacerse oficial este viernes, llega en un diciembre que promete ser muy activo en el ámbito político. Sin embargo, sorprendentemente, el oficialismo se siente confiado, ya que no prevé grandes tensiones sociales mientras se acerca el segundo aniversario de su gestión.

Recientemente, los equipos técnicos finalizaron la reforma laboral, un proyecto que el Ejecutivo espera llevar al Congreso sin interrupciones y con una buena cohesión interna, a pesar de que enfrenta resistencia del sindicalismo. La intención es asegurar que la discusión no sea perjudicada por opositores.

La reforma laboral, en especial, representa uno de los mayores objetivos del gobierno para este verano legislativo. Con las sesiones extraordinarias programadas entre el 10 y el 31 de diciembre, el oficialismo confía en que su posición como primera minoría recién consolidada les ayude en el proceso. Las expectativas son realistas; saben que no contarán con apoyos masivos, pero, de momento, el ambiente social parece favorable.

Desde la CGT, Gerardo Martínez ha manifestado que el proyecto implica un recorte de derechos establecidos, asegurando que la modernización propuesta por la Casa Rosada vulnera garantías fundamentales. Pese a estas críticas, el gobierno parece firme en su decisión de no modificar el núcleo del texto. Fuentes en Casa Rosada informan que la opinión de los miembros del Consejo de Mayo “no es vinculante”.

La reforma incluye cambios significativos en términos de licencias, vacaciones, jornadas laborales, convenios y mecanismos de contratación. Para el oficialismo, esto es crucial y necesario; mientras que desde el sindicalismo se percibe como un retroceso disfrazado de innovación. Los empresarios, por otro lado, lo ven como una oportunidad para reducir costos y flexibilizar procesos que consideran necesarios para atraer inversiones.

Mientras todo esto ocurre, el Ejecutivo también está reestructurando su gabinete. La salida de José Rolandi de la Jefatura de Gabinete ha marcado el inicio de un proceso más profundo que involucra nuevas designaciones y la redistribución de poder bajo la supervisión directa de Manuel Adorni. Esta reorganización busca una estructura más compacta y perfiles más alineados.

La idea detrás de estos cambios es doble: por un lado, fortalecer la estrategia parlamentaria para garantizar que la reforma laboral avance sin complicaciones, y por otro, dejar claro que las decisiones importantes se centrarán en un núcleo de confianza. La salida de Rolandi es una señal de que no hay estabilidad garantizada en el gobierno.

Además, el oficialismo está monitoreando el clima social de cerca. Según ciertas fuentes, se espera un diciembre sin grandes tensiones en la calle. Esta evaluación ha llevado a considerar una nueva cadena nacional para el 10 de diciembre, coincidiendo con el segundo aniversario de su gestión. El objetivo sería comunicar un mensaje que combine un balance de logros con anuncios legislativos.

El hecho de que las sesiones extraordinarias, la reforma laboral y la reorganización interna estén en sincronía no es casual. Todo forma parte de una estrategia calculada para concentrar poder y acelerar estas reformas antes de que el panorama político se complique nuevamente. El oficialismo tiene claro que esta “ventana” de oportunidades no durará para siempre y quiere aprovecharla mientras el clima sea favorable.

El cierre del año muestra una paradoja: un gobierno que aparenta estar más ordenado en su interior pero, al mismo tiempo, decidido a enfrentarse a actores poderosos en el exterior. Si logran avanzar con la reforma laboral en estas sesiones extraordinarias, se convertiría en uno de los logros legislativos más importantes de su administración.

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